Miles de personas salen de Venezuela rumbo a Estados Unidos con visa de turista; al llegar, por cualquier medio, ya sean ellos mismos, con abogados (para quienes lo pueden pagar) o con paralegales (sí, en EEUU también existen también los «gestores»), se juegan la lotería de pedir asilo político, bajo el supuesto de que en Venezuela no se puede vivir por la situación económica y la inseguridad, cosa más alejada de la verdadera razón por la cual solicitar asilo político en el soñado país norteño.
Sucede que como el mismo nombre del instrumento legal lo refiere : ASILO POLÍTICO, es un beneficio que el gobierno de los Estados Unidos, y casi todos los estados firmantes de los acuerdos en la ONU para refugiados, otorgan a quienes por razones políticas, ideológicas , de raza , demuestren que en su país no pueden vivir por ser perseguidos, acosados, agredidos y enjuiciados por dichas razones.
Algo muy lejos de la realidad de muchos que se presentan en las oficinas de inmigración luego de llegar a EEUU, pues en sus carpetas muy pocas veces se encuentran soportes para sustanciar una verdadera persecución política. Ha habido casos que hasta dan ganas de vomitar como el del fiscal del caso de Leopoldo López, que luego de haber sido artífice del encarcelamiento brutal y sin delito de López, se presentó en EEUU a pedir asilo como si el nunca hubiese roto un plato, es decir! este si es clase de delincuente!, o del Coronel que dirigió la represión brutal del 2014, que también fue a pedir asilo.. pasando por cantidad de embusteros, que en la realidad jamás fueron ni siquiera testigos de mesa por la oposición, y que se presentan en MIAMI solicitando el beneficio que en la realidad debería ser asignado a quien de verdad sea un perseguido político.
En la actualidad se habla de casi 20 mil solicitudes de asilo.. entonces nos haríamos la pregunta ¿En realidad la oposición venezolana se ha quedado sin 20 mil dirigentes a nivel nacional? el número para insólito, pues si esto fuera verdad la MUD no tendría ni testigos para las mesas de votación..
Desde nuestro punto de vista el gobierno de los Estados Unidos debería instauran reglamentaciones que establezcan en tiempo muy corto si en realidad una persona y su familia pueden obtener este beneficio, de tal manera que se pueda evitar el fraude y que quienes en verdad necesiten ser acogidos por la medida puedan acceder a ella de manera expedita y sin miedo a ser rechazados debido a que quienes hacen solicitudes falsas creen un clima enrarecido que haga a los oficiales de inmigración endurecerse ante cualquier solicitud real.
En un trabajo periodístico del colega Javier Mayorca podemos ver el transitar que tienen los venezolanos que llegan a dicho país sin el soporte respectivo para realizar su solicitud, leámos el trabajo a continuación:
La crisis social y política del país impulsa a miles de personas a sentirse perseguidas y buscar cobijo y protección en otros territorios. Las autoridades de extranjería de Estados Unidos están endureciendo los controles por algunas estafas migratorias
Para Doralys —nombre ficticio—, el camino hacia su asilo en Estados Unidos comenzó en julio de 2015. La periodista había dado una charla como parte de un panel llevado a cabo en Barquisimeto. Sus palabras, relacionadas con las crónicas dificultades para trabajar como reportera en el país, dieron pie para titulares de la prensa local. A partir de entonces arreciaron las presiones. Las llamadas e insultos estaban en el menú de lo esperado. Pero algo se salió del libreto. “Llegaron a mi oficina y destruyeron mi carro. Yo trabajaba en un lugar donde opera un portal web que no estaba identificado. Entonces, eso me generó mucho miedo. Me preguntaba cómo hicieron para llegar hasta allí. Uno siempre está expuesto, pero esto fue mucho más directo”, recordó.
La profesional documentó, como pudo, lo ocurrido, y comenzó a meditar nuevos destinos para ella, su esposo y sus hijos. “Siempre había pensado en un plan B. Y ese siempre fue en Estados Unidos, donde generalmente iba a pasar mis vacaciones”, recordó. Doralys entró como turista el 4 de agosto de ese mismo año. Luego de pasar varios días en Florida inició por cuenta propia los trámites para la solicitud de asilo. En este caso, por razones de persecución política.
Mientras su expediente es evaluado por oficiales del Servicio de Migración, trabaja en un medio de comunicación destinado a la creciente población que, como ella, se asentó en Florida para huir de la conflictividad política y social venezolana. Después de su llegada, más de 10.221 venezolanos han solicitado asilo en Estados Unidos. Una cifra sin precedentes que, según el Centro de Investigaciones Pew, es consecuencia directa de recrudecimiento de la conflictividad política.
Venezuela, indica un reporte presentado por esta institución a principios de agosto, solo es superada por China y México como puntos de origen mayoritario de solicitantes de asilo. En el caso venezolano, el incremento hasta el mes de agosto fue de 168% en comparación con los primeros ocho meses del año anterior, que ya había marcado un récord.
Emigrar con cobertura
“Los venezolanos encontraron la figura del asilo como un medio para emigrar —a Estados Unidos— y estar legales”, afirmó el abogado Glenn Morales. Es especialista en derecho procesal migratorio con EEUU. A su oficina generalmente llegan los venezolanos que intentaron sin éxito formar parte del “sueño americano”. Indicó que desde 2012, y especialmente este año, se han multiplicado los casos de personas que han sido detenidas en los distintos aeropuertos estadounidenses y luego deportadas a Maiquetía.
Esto ocurre debido a que las autoridades migratorias están colocando barreras para impedir que las personas utilicen el derecho de asilo con la finalidad de cumplir su propósito de emigrar sin reunir las condiciones mínimas requeridas. El rotativo Nuevo Herald de Miami reportó el 12 de agosto que 22 venezolanos permanecían detenidos en un centro especial del aeropuerto de esa ciudad. En muchos casos, por haber admitido que tenían miedo de vivir en su propio país, ya fuese como producto de la criminalidad o por la crispación política.
Morales recordó que durante la crisis política de los años 2002 y 2003 muchos venezolanos ligados a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) aprovecharon que el entonces presidente Hugo Chávez los despidió en cadena nacional o que fueron detenidos y enjuiciados como consecuencia del llamado paro petrolero. “Esa fue una primera estampida hacia Estados Unidos. Eran profesionales que tenían una justificación. Solo mostraban los recortes de prensa que señalaban a una Venezuela convulsionada. Además, la embajadora de la época, Donna Hrynak, daba apoyo mediante explicaciones enviadas al Departamento de Estado sobre el tema de la persecución política”, explicó.
Ante la cifra creciente de solicitudes de asilo, las autoridades estadounidenses comenzaron a exigir más y mejores explicaciones. Los estándares para el otorgamiento de este beneficio, indicó el abogado, han cambiado con respecto a la década anterior. “Que te rayen las paredes de tu casa u oficina, y que te hagan llamadas amenazantes ya no es prueba. Antes sí lo era. Ahora piden recortes de prensa, informes forenses y copias de los expedientes en los tribunales”, señaló.
18 días preso por ¿error?
La situación con los venezolanos ha llegado a peligrosos extremos. Los agentes de migración, alertó Morales, están a la caza de cualquier detalle o incongruencia cuando llegan los vuelos desde Venezuela. Este fue el caso de Alberto, de 33 años de edad. Lo detuvieron el 13 de marzo en el aeropuerto de Houston, Texas, luego de que declarase que iba a “ayudar” a su hermana, residente en ese país.
Alberto aseguró que no quería pedir asilo. Pero como tenía pasaje de regreso para cuatro meses después le tomaron el celular y también revisaron su equipaje. En los videos almacenados en el teléfono, había uno en el que una banda de El Valle mataba y quemaba a un contrincante. En otro, aparecían unos delincuentes descuartizando un cadáver. “Me preguntaron que de dónde había sacado esos videos, por qué no los había borrado y si tenía miedo de regresar a mi país. Yo les dije que esos videos los tiene todo el mundo en Venezuela, y que todos teníamos temor”, relató.
Al día siguiente, Alberto estaba en una celda con otras 59 personas. “El retén era igualito a los que se ven en las películas. Te sirven una comida en bandejas, tal y como las ves en la televisión, que es una basura. Pero podía comprar de todo allá adentro”, relató. Luego de 18 días tras las rejas, y de asegurar a todos los funcionarios que él no tenía interés en pedir asilo, el oficial que atenía su caso lo llamó a una oficina. Para romper el hielo, le insistió en que le compraría una hamburguesa. Luego concluyó: “Contigo cometieron un error”.
Para el momento de la entrevista, Alberto evaluaba la posibilidad de una demanda al gobierno estadounidense. El problema es que cuando lo mandaron de vuelta a Maiquetía, en abril, le anularon la visa.
El costo de un derecho
El proceso para la solicitud y la obtención del asilo en Estados Unidos está diseñado para que el costo sea mínimo. Los formatos requeridos por las autoridades se consiguen en internet. Pero es necesario buscar documentos en el país de origen con los cuales conformar el expediente. También hay que incurrir en gastos de traslados a las oficinas de Migración. Doralys, por ejemplo, decidió transitar el camino más económico, y luego de un año calcula que ha debido invertir mil dólares en los trámites.
Una iglesia llamada Misiones Apostólicas de Cristo también hace los trámites. El interesado debe presentarse en la sede ubicada en Miami. El costo aproximado es de 1.200 dólares para todo el proceso. Si su caso no es aprobado por el oficial de Migración, el interesado todavía tiene la esperanza de apelar la decisión y que vaya a una corte especial. Allí los costos se incrementarán notablemente. Contratar a un asesor “paralegal”, que orienta sobre cómo actuar en el proceso sin estar facultado para litigar en el juzgado, costará alrededor de 2.500 dólares.
En Florida, además, abundan los abogados expertos en asuntos migratorios. Según Morales, cobran como mínimo 6.000 dólares. El problema, explicó, es que los casos elevados a estas cortes generalmente están sustanciados en la fase previa. Los que han pedido asilo rara vez pueden aportar documentos nuevos o distintos a los que ya fueron revisados por Migración. Por lo tanto, los accionantes llevan las de perder.
Al otro lado del Atlántico
La diáspora venezolana también se hace sentir en los países del “Viejo Continente”. Según la base de datos de la Unión Europea (Eurostat) en 2015 las solicitudes de asilo formuladas por venezolanos se incrementaron en más de 145% con respecto al año anterior. España es de lejos el país europeo más buscado por los venezolanos que solicitan asilo. En 2015 fueron recibidas 585 solicitudes. Como se ve, esto no equivale ni siquiera al total de peticiones recibidas en un mes de este año en EEUU.
Según la misma base de datos, las peticiones de asilo por venezolanos superaron el año pasado a las de Colombia (315), México (105) e incluso a las de El Salvador (605), que es el país más violento del mundo por su tasa de homicidios. Al igual que en el caso estadounidense, las cifras de venezolanos que piden asilo en Europa no han dejado de aumentar este año.
Un trabajo publicado por la web elplural.com indica que entre los meses de enero y marzo 405 venezolanos invocaron este derecho en España. A ese ritmo, al final del año se triplicará el total reportado en 2015. Aunque el Reino de los Países Bajos no es una de los destinos escogidos por los venezolanos en busca de asilo, la cancillería de ese país alertó en marzo a las Antillas neerlandesas sobre la necesidad de endurecer los controles migratorios y la vigilancia fronteriza.
con información de:JAVIER IGNACIO MAYORCA / @JAVIERMAYORCA / CLÍMAX / @revistaclimax