Científicos aseguran que los humanos podemos vivir más allá de los 125 años
La edad máxima que puede alcanzar una persona aún no está cerca, responden científicos a una larga controversia que ocupó varias páginas de la edición de esta semana de la revista Nature. En ellas, cinco grupos de investigadores critican por separado, y basándose en distintos estudios, una investigación ampliamente difundida en octubre pasado en la misma revista, que ponía un techo a la edad máxima que puede alcanzar el humano.
Tras analizar datos demográficos de dos registros de supercentenarios (personas de 110 o más años) en Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, Jan Vijg, del Departamento de Genética del Albert Einstein College de Medicina (EE UU), y sus colegas establecieron que la máxima edad a la que llega un ser humano se estancó a mediados de los 90 en 115 años. Este sería el límite natural de edad, mientras que «la probabilidad de que la edad máxima reportada al morir exceda los 125 años es menos de 1 en 10.000». La expectativa máxima de vida de los humanos, sentencian, «es fija y sujeta a limitaciones naturales».
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Las cinco réplicas cuestionan el análisis estadístico realizado por el equipo de Vijt. Luego de modelar datos de mortalidad de mujeres japonesas, Joop de Beer, del Instituto Demográfico Interdisciplinario de Holanda, plantea que la edad a la que mueren los centenarios «podría aumentar más allá de los 122 años que alcanzó Jeanne Calment», una francesa que nació en 1857 y murió en 1997 y es considerada la persona más longeva de la historia. De Beer proyecta, incluso, “que hacia 2070 se alcanzarán los 125 años, lo que sugiere que un límite en la expectativa de vida aún no está a la vista».
Maarten Pieter Rozing, del Centro de Envejecimiento Saludable de la Universidad de Copenhagen, también rechaza la idea de una expectativa máxima de vida fija. «Mejorías en las probabilidades de sobrevivencia a edades avanzadas no muestran desaceleración, estancamiento o declive, sino una fuerte posibilidad de un aumento continuo».
Por su parte, Siegfried Hekimi, biólogo de la Universidad de McGill (Canadá), coincide en que si proyectan las tendencias, “las expectativas de vida máximas y promedio podrían continuar incrementándose mucho más lejos en el futuro cercano».
Coincide con ellos Christian González, director del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo de Chile. «El estudio de Vijg puede considerarse una foto de aquí hacia atrás, pero uno podría predecir que ese límite se extienda al tener en cuenta que la expectativa de vida no responde solo a un programa biológico, sino también a condiciones de vida, cambios ambientales y avances de la medicina, que son factores modificables».
Para Nibaldo Inestrosa, director del Centro de Envejecimiento y Regeneración de Chile, el debate en Nature se centra en cuestionamientos metodológicos, pero eso no cambia el que «dada la constitución del genoma humano, la expectativa de vida del hombre es hasta los 120 años». Si bien la cifra puede moverse en unos años, agrega, «no estamos hablando de que los humanos podrán extender su vida hasta los 150 o 200 años».
«Es difícil hacer suposiciones. Hace 300 años, la mayoría vivía poco. Si les hubiéramos dicho que algún día los humanos llegarían a los 100 años, nos habrían creído locos».