Monseñor Antonio López Castillo, Arzovispo de la ciudad de Barquisimeto reveló que días antes de Procesión de Divina Pastora, un jefe militar lo visitó para advertirle que no hablara de lo social, de política o emitiera opiniones con respecto al Gobierno durante sus palabras en la misa con motivo de tan importante y concurrida celebración religiosa.
“Le respondí que él podía mandar en sus cuarteles y calabozos pero en la iglesia no. La decisión de hablar dependía de mí, es una realidad que vivimos en todo el país y no podemos ocultar”, dijo monseñor. Luego de su respuesta el oficial de la Fuerza Armada Nacional se marchó molesto.
Monseñor dijo que hasta lo amenazaron con llamar al Papa Francisco para “acusarlo” y trataron de manipularlo para que no señalara la grave situación que vive Venezuela.
“Nosotros no somos ningún partido político ni queremos hacer política, pero nos preocupa que la gente no tenga comida, que rebusquen en la basura, no haya medicinas y la inseguridad nos está azotando. Me duele como pastor porque son nuestros amigos, compañeros, familia y comunidades los que pasan por esta situación”, indicó el prelado.
El monseñor, haciendo caso omiso a las amenazas, por el contrario pronunció contundentes mensajes en la homilía del pasado 14 de enero en la misa de Santa Rosa y en la plaza Macario Yépez., los cuales recibieron amplio respaldo de la sociedad civil de la ciudad crepuscular.
“Recibí un apoyo absoluto, no lo hice por publicidad, lo hice lo mejor que pude. Es necesario salir de este sistema y optar por un sistema democrático. En la plaza Macario Yépez insistí que había que salir de este régimen” mantuvo el monseñor.
Consecuencia de sus mensajes, afectos al oficialismo reunidos en el destacamento 47 se fueron al portón de su casa vociferando en su contra. “Ellos esperando que yo llegara y yo esperando que se fueran. Son minorías pagadas, seguramente. Hay que resaltar que nosotros somos mayoría y que somos democracia”, resaltó López Castillo.