“Windows 8 es el mayor hito en la evolución y revolución de la informática. Hemos reimaginado Windows completamente”, aseguró el director para este sistema operativo de Microsoft, Steven Sinofsky, durante la presentación de su nueva apuesta, que incluye múltiples novedades como una interfaz completamente remozada.
Así, en sustitución del botón de Inicio convencional, el Windows 8 reúne en la pantalla en un primer vistazo todas las aplicaciones, contactos, páginas e información utilizadas por el usuario, a través de unos coloridos iconos agrupados por los que puede desplazarse usando el teclado o el ratón tradicionales pero también a golpe de dedo.
De este modo, las pantallas táctiles popularizadas por las tabletas y otras plataformas móviles invaden los PCs, y las fronteras entre ambos dispositivos se difuminan, con el fin de que el usuario pueda producir contenidos, pero también consumirlos, “trabajar y entretenerse”, según el director ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer.
Estos cambios tan drásticos han generado opiniones de desconcierto y confusión entre algunos de los usuarios que han tenido acceso a versiones de prueba.
Además, el Windows 8 se conecta a la nube, bautizada por Microsoft como SkyDrive, con el fin de que el navegante pueda almacenar sus archivos y acceder a ellos instantáneamente desde cualquier dispositivo que opere con este sistema.
En la misma línea, la conexión a internet cobra velocidad, reduciendo el tiempo hasta un segundo, frente a los quince que costaba con el anterior sistema operativo, el Windows 7, que salió al mercado hace tres años y del que se han vendido 670 millones de licencias.
El Windows RT funciona con un procesador ARM, pensado para dispositivos más ligeros, frente al X86 de Intel, y de esta manera Microsoft pretende desembarcar de pleno desde mañana en el mercado de las tabletas, en el que hasta ahora no tenía presencia.
La tableta Surface, que dispone del software de Office para potenciar la vertiente de creación de contenidos, cuenta asimismo con diferencias respecto a sus homólogas como varios puertos USB, un teclado integrado para producir con mayor rapidez y una base para poder depositarla sobre superficies, y tendrá un coste de 499 dólares.
Pero, además de en las tabletas, el Windows 8 penetra en una amplia gama de dispositivos, que van desde los ordenadores de mesa a los portátiles (que a su vez pueden convertirse en tabletas), pasando por los teléfonos móviles inteligentes, gracias a acuerdos con fabricantes como Dell, Samsung, AsusTek, Sony o Acer,