“El hombre confesó y en dos platos pintó su conducta como un delincuente ya que ejerciendo el cargo de Magistrado del TSJ acomodaba las sentencia de acuerdo a los intereses del poder”.
Al respecto, Petkoff se preguntó “¿Será que Aponte Aponte es un ave solitaria?” pues a su juicio el Tribunal Supremo fue elegido “a dedo” debido a que no hubo elección ni selección. “La elección la hizo Chávez cuando elevó el número de magistrados de 20 a 32″.
Sin embargo, señaló que con las confesiones del exmagistrado, se puede desconfiar y sospechar que “en el TSJ hay más de un Aponte Aponte” ya que consideró que el Poder Judicial “se ha transformado en un apéndice de Miraflores” ya que según el periodista se rechazan recursos introducidos por particulares, se aprueban los introducidos por el Gobierno y no hay sentencias.
“Aponte Aponte no era el único servidor del poder, en el TSJ deben haber otros que se prestaban para esta marramucia. Aclarando que no me atrevo a generalizar porque también deben haber Magistrados honestos”, dijo.
Reacciones del oficialismo frente al caso Aponte Aponte
En este aspecto, Teodoro Petkoff, señaló que el sector oficial frente al caso se ha dedicado ha cubrir de insultos a quienes opinan sobre el tema específicamente al sector de la oposición alegando incluso que “Aponte Aponte es presentado como un infiltrado de la oposición del TSJ para aparecer en un momento dado”.
Enfatizó que Eladio Aponte “era el Magistrado especial para los casos más turbios que se manejaron el el poder judicial, le tocaron las sentencias más a contrario de derecho, no se trataba de un Magistrado cualquiera sino de uno con servicios especiales”.
Asimismo, sentenció que el sector oficial no consigue responder sobre las acusaciones emitidas recientemente por Eladio Aponte, pues indicó que el Presidente Chávez se libró del hecho diciendo: “ese era un delincuente”. Aseveró que en el país se está ejecutando una degradación del poder judicial.
Recordó que el próximo 7 de octubre no se trata solo de escoger a un Presidente sino de preparar las condiciones con la debida prudencia para devolver la institucionalidad al país creando un poder judicial que responda a los intereses de los ciudadanos y no del Presidente de la República.