Cuando Noreyda Hernández, una docente jubilada de 62 años, vio el anaquel del supermercado lleno de frascos de salsa de tomate y papel sanitario se remontó a hace cuatro años atrás, cuando lo normal era tomar un producto, meterlo en el carrito y seguir dando vueltas por los pasillos hasta cumplir con la lista de pendientes para llenar la despensa.
Su alegría duró apenas segundos cuando vio el precio de una presentación de salsa de tomate de 250 gramos en casi 1.500 bolívares, en contraste con los 400 bolívares que cuesta una hecha en Venezuela de 500 gramos, pero que rara vez se consigue en los mercados.
Hernández decidió no llevar ninguno de los dos productos por considerar que no se ajustan a su presupuesto, sin embargo, otros clientes se han mostrado satisfechos con la opción y afirman que prefieren adquirirlos “antes que comprarle a los ‘bachaqueros’ que los venden mucho más caros”.
Crema dental, papel higiénico, toallas sanitarias, desodorantes y salsa de tomate desfilan entre los productos hechos en Colombia que desde hace varias semanas comienzan a verse en los supermercados como ‘un respiro’ a la escasez de estos rubros en el mercado venezolano.
Los precios, al compararlos con los ‘controlados ‘regulados’ en Venezuela, superan hasta en 1.000% debido al diferencial cambiario que los hace poco atractivos para los venezolanos. Aún así, consumidores como Gladys Fuenmayor, una ama de casa de 35 años residenciada en Maracaibo, prefieren ver estos productos “al precio que sea” antes que no disponer de ellos. “Nada hacemos con que sean baratos y no se encuentren, hace meses no he logrado comprar desodorante ni jabón, uno termina yendo a los revendedores”.
Mientras un desodorante de 250 gramos está regulado en Venezuela en
Bs. 82,72, uno traído desde Colombia se comercializa en más de Bs. 800 aproximadamente. Con el papel sanitario ocurre lo mismo, mientras la presentación de 12 rollos está regulada en Gaceta oficial (junio de 2014) a Bs. 160,80, cuatro rollos de manufactura colombiana se encuentran a Bs. 930.
La dificultad para adquirir productos de aseo personal suma unos tres años en estados como Zulia, tal como lo reflejaron usuarios consultados a través de nuestra cuenta en Facebook. José Eugenio Lira afirmó: “No recuerdo la última vez que pude adquirirlos normalmente. Ya no uso champú, el desodorante solo lo utilizo para ocasiones especiales, jabón solo uso el azul de lavar y una barra la corto en varias partes para que dure; pasta dental: me cepillo dos veces al día con un poquito nada más y, cuando no encuentro, me cepillo con agua con sal. Papel sanitario ya no uso porque no lo consigo y el que se consigue es a un precio monumental”.
Hacia la Guajira venezolana bodegueros han comenzado a vender productos colombianos, además del rubro de aseo personal se suman pañales, granos, aceite vegetal, harina de maíz, café, golosinas, pasta, sardinas, detergentes y jugos envasados.
Sobre el auge de productos del vecino país en un estado fronterizo como Zulia, Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, subrayó que sean traídos de forma legal o por la vía del contrabando representan una muestra de las distorsiones en la economía atada a un control de cambio y a controles de precios.
“Existen distorsiones económicas que han producido la más severa crisis. Son consecuencias de una política de ataque al sector privado y de irrespeto a los derechos de propiedad. Esto ha vaciado los anaqueles. Todo proceso de escasez viene acompañado de corrupción, especulación, acaparamiento y contrabando, sobre todo en una frontera tan caliente”, dijo.
“En los mercados esos espacios que se dejan van a ser llenados por alguien y entonces hoy por hoy vamos a ver productos hechos en otros países que se están trayendo, eso es verdaderamente lamentable para el aparato productivo nacional”.
Fuente: Panorama