Tratar de comprender la lógica del pensamiento humano es quizá una de las cosas más difíciles y complejas que existen, sin embargo se puede tratar de analizar los resultados que se derivan de la conducta social.
Un ejemplo de cómo influye el desarrollo económico en la conducta humana se puede evidenciar en la manera como se piensa o como se concibe el crecimiento económico según sea el comportamiento del mercado; recordando que este último es donde se llevan a cabo la multitud de intercambios de bienes y servicios.
Recordemos en este punto la noción más básica del Beneficio que no es más que los Ingresos menos los Costos, debido a esto se desprenden dos enfoques fundamentales sobre los cuales tomar las decisiones en materia económica; el primero es fijar sus metas solo en el Ingreso, este es fácilmente evidenciable en la conducta de por ejemplo un comerciante informal quien tratando de protegerse del fenómeno inflacionario, de manera constante y sistemática incrementa los precios de los productos que oferta, con la finalidad de mantener constante su beneficio, cosa que difícilmente le da la oportunidad de reinvertir en alguna otra actividad productiva o pasar al sector formal de la economía.
El segundo enfoque corresponde al Costo pues al analizar la conducta y el desempeño de las personas que integran los estratos sociales más altos, se tiene en común que los mismos muestran un control casi absoluto de sus erogaciones de recursos tratando de disminuir los mismos al mínimo posible que les permite mantener su nivel de vida, adicional a esto trabajan con crédito lo que demuestra la importancia que posee la noción del interés en cualquier decisión económica; este tipo de conducta se traduce en ahorro que puede ser utilizado en reinversión.
Colocando en contexto lo anterior, podemos considerar lo referente al uso de la telefonía móvil, pues si se posee un teléfono inteligente de alta gama muy probablemente sea acompañado de un paquete de datos que permita maximizar el uso del mismo, pero ¿Será esto último totalmente cierto? Conviene pensar en el uso real que usted le da a su teléfono móvil, el costo del mismo y el plan de datos utilizados y contrastarlo con el beneficio que la combinación de los mismos le reporta en términos económicos y probablemente se dará cuenta que tiene años costeando un servicio y un equipo que está siendo sub-utilizado, igualmente si deseamos profundizar en el tema podría expandir su análisis al considerar cuanto pudo haberse ahorrado al utilizar durante el mismo período de tiempo un paquete de datos que pueda cubrir sus necesidades reales e igualmente en que pudo haber reinvertido ese monto.
Ahora bien considere igualmente el vehículo que conduce o que le gustaría poseer y conducir ¿Le saca o sacaría el máximo provecho? De ser sub-utilizado ¿Cuántos recursos se ahorraría al utilizar uno que cumpla con lo que exactamente necesita?
Lo anterior en ningún momento pretende dar relevancia al discurso populista que condena el llamado “consumismo”, pero si, que cada uno de nosotros podamos considerar lo siguiente ¿Tenemos lo que necesitamos o más de lo que requerimos? Aunque si su respuesta es que posee menos de lo que requiere también convendría considerar, si de no sub-utilizar los recursos ¿Cuánto de su déficit podría ser cubierto?