Según el Banco Central (BCV), el PIB de Venezuela cayó 1,9% en el segundo trimestre con respecto al mismo período de 2009. Ya había caído 5,8% en el primer trimestre de este año.
Aunque las cifras comenzaron a mejorar, analistas estiman que este año la economía, que ya retrocedió 3,3% en 2009, no logrará repuntar.
“En vista de ese resultado uno esperaría que el PIB este año caiga entre 2,5 y 3%”, comentó a la AFP el economista Asdrúbal Oliveros.
Para el experto, este desempeño ya no está vinculado a la crisis financiera mundial, que golpeó el precio de las materias primas entre finales de 2008 y el año siguiente, sino a características propias de la economía venezolana, como el férreo control cambiario y una fuerte presión inflacionaria.
En este país sudamericano, miembro de la OPEP, 90% de las divisas proviene del petróleo, cuyo precio se recuperó y fluctúa en torno a los 70 dólares por barril.
“La economía de Venezuela sigue teniendo un desempeño negativo mientras otros países latinoamericamos están en franca recuperación, salvo Haití”, añade Oliveros.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los únicos países de América Latina que no crecerán en 2010 son Haití (-8,5%) y Venezuela (-3%).
A este panorama se suma una inflación de 18% en lo que va del año, que amenaza superar el 25,1% registrado en 2009. El gobierno, sin embargo, confía en que la economía crezca 0,5% en 2010.
“El Banco Central reconoce que empezamos a recuperarnos”, se felicitó el presidente Hugo Chávez recientemente, criticando además a algunos economistas que han cuestionado la veracidad de las últimas cifras del BCV.
“Las noticias dentro de tres meses van a ser peores para ellos porque estamos echando adelante el nuevo modelo económico”, aseguró.
Para Oliveros, las causas del desplome económico son tres: una crisis eléctrica que obligó a severos racionamientos a la industria, el restringido flujo de divisas que afecta a los empresarios y “un divorcio” entre el gobierno y las necesidades de la industria privada.
“Este sector prácticamente está sobreviviendo con planes de inversiones que han tenido que recortarse, en medio de un ambiente de negocios hostil, donde incluso el concepto de propiedad está en entredicho”, comentó.
Desde 2007, Chávez ha impulsado la nacionalización de sectores clave de la economía como el petrolero o el eléctrico y recientemente ha entrado con fuerza en el mercado de la alimentación, en más de un caso a través de expropiaciones.
En un reciente informe, la patronal Conindustria acusó al gobierno de “la destrucción progresiva del parque industrial venezolano”. Según el BCV, en el segundo trimestre hubo importantes retrocesos en la minería (-19,6%), comercio (-6%) y construcción (-6,4%).
Venezuela importa casi la mayoría de los productos y bienes que consume pese a que el gobierno predica acabar con la tradición rentista y empujar la producción nacional.
En los últimos meses el Ejecutivo ha impuesto nuevas restricciones al mercado cambiario y al acceso a las divisas que concede a los empresarios.
“Esta decisión está creando severos problemas productivos a muchas compañías que se quedaron sin acceso a dólares”, declaró el economista Pedro Palma.
“La economía no volverá a crecer hasta no solventar la escasez de divisas; basta con que falte un insumo importado básico en la cadena para que no se pueda expandir la producción”, comentó el economista Angel García Banchs.
Los expertos apelan a un giro radical de la política económica.
“A menos que venga otra vez un ‘boom’ petrolero que dispare los precios, con esta política económica no hay salida”, zanjó Palma.