Con asombro hemos visto la medida de retirar de la circulación en un plazo de 72 horas (Gaceta Oficial 6.275 del 11-12-2016, Decreto 2.589) los billetes de 100 que circulan en nuestra economía.
Con aún mayor asombro escuchamos las explicaciones dadas por altos personeros del régimen que hablan de una conspiración del Departamento del Tesoro de los EEUU con el objeto de privar de estos billetes al país hasta que salga el régimen. Más aún, nos cuentan de galpones enteros en Suiza, en la República Checa y en otros países repletos de billetes de 100.
¡Válgame Dios! ¡Que sarta de estupideces! ¡Qué complejo de superioridad¡ Es que esta gente acaso no entiende que ni siquiera los venezolanos queremos esa moneda que con tanto afán ellos han destruido. A la hora de ahorrar, nuestros compatriotas prefieren refugiarse en el dólar.
Tratemos de entender lo que pasa. Cabe mencionar dos antecedentes que constituyen el pecado original de la debacle monetaria que enfrentamos. Veamos:
El primer pecado original lo comete el presidente Chávez cuando haciendo gala de gran voracidad fiscal decide exigirle al Banco Central de Venezuela que le entregue “un millardito” de las reservas internacionales para la agricultura. A partir de allí rodó por el suelo la autonomía del BCV y en los siguientes años progresivamente perdió su función de garante del valor de la moneda para transformarse de Banco Central en Imprenta Central, cuya función principal era la financiar el déficit fiscal y el déficit en el flujo de caja de PDVSA mediante la emisión de dinero inorgánico.
Del segundo pecado original también fue responsable Chávez cuando decide quitarle tres ceros a nuestro signo monetario para crear lo que él, en su ignorancia, denominó el “bolívar fuerte”. Hasta la saciedad se le advirtió que ese bolívar fuerte nacía débil si no se tomaban medidas inmediatas para combatir el déficit fiscal.
Pues bien, hoy en día está pasando lo que todos los economistas sabíamos que iba a pasar. Entre 2008 y diciembre del 2015 la inflación acumulada fue de 2.258%. Suponiendo que la inflación del 2016 alcance a 400% (que será mucho más), se necesitarían Bs 10.000 de hoy para comprar lo que en el 2008 se podía adquirir con un billete de Bs 100.
¿Quién es responsable de esta descomunal inflación?
El culpable es el gobierno. Y dentro del gobierno los dos principales responsables son el BCV y PDVSA, que actuando de manera agavillada, son los mayores culpables de lanzar una incontenible cantidad de “bolívares falsos” (digo falsos porque no tienen respaldo) al torrente monetario. En efecto, para que PDVSA pueda seguir operando, el BCV tiene que emitir ingentes cantidades de esos ‘bolívares falsos” para cubrir el fenomenal déficit en el flujo de caja de la petrolera. Al revisar los informes del Banco Central, -“agregados monetarios (base monetaria)”- encontramos que el BCV le ha prestado auxilios financieros por un total de 3,6 billones de bolívares, equivalentes a la asombrosa cifra de 31 veces el monto de las reservas internacionales totales en poder del BCV.
Por supuesto, esos bolívares se incorporan a la liquidez monetaria e inevitablemente generan demanda de bienes y servicios en nuestra economía. Ahora bien, dada la inmensa escasez de todo tipo de bienes que existe en el país, al final del día esos bolívares se desvían hacia la compra de dólares en el mercado paralelo y son responsables de la brutal devaluación que ha experimentado el bolívar en ese mercado.
Entre el 15 de junio y el 16 de setiembre del 2016 los auxilios financieros del BCV a PDVSA aumentaron en un 90%. He ahí la causa de lo que en las últimas semanas ha ocurrido con el paralelo. Nada tiene que ver Dolar Today. Esta página no es más que un termómetro. Podría argumentarse que no está bien calibrado y muestra más fiebre de la debida, pero en ningún caso el termómetro puede ser responsable de la fiebre.
En todo caso, una parte de esa liquidez excedentaria está representada en la inmensa cantidad de bolívares impresos por el BCV. Los billetes de 100 equivalen al 77% del efectivo en poder del público y al 6% de la liquidez monetaria (M2).
Para noviembre de 2016, 12.852 millones de piezas de billetes estaban en circulación en Venezuela. De ellas el 48%, o sea, 6.111 millones de piezas correspondían a billetes de 100. Es evidente que el canje de esos billetes no puede realizarse en 72 horas.
Quizá lo que pretende el régimen es disminuir el circulante excedentario al eliminar parte de los “billetes falsos” (sin respaldo) impresos por el BCV, al ordenar la desmonetización de aquellos que no hayan sido canjeados en tan perentorio lapso.
Un gran número de personas, en particular aquellos que no tengan cuentas bancarias, perderán enormes sumas. Al desconocer dichos billetes el BCV se quita una inmensa obligación de encima. Es casi como robar juguetes.
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@josetorohardy