Amenazados de muerte los locutores que hicieron la broma “real” a enfermera británica

    La Policía australiana confirmó que investiga las supuestas amenazas de muerte contra los dos locutores de una emisora local que participaron en la broma telefónica sobre el estado de salud de la duquesa Catalina que acabó con el suicidio de una enfermera.

Los detectives de la Policía intentan identificar al autor de una serie de cartas con amenazas, la mayoría de ellas dirigidas contra los locutores de la radio Mel Greig y Michael Christian, según una cadena local.

La última de las amenazas de muerte llegó ayer desde el estado de Australia del Sur y estaba dirigida a Michael Christian, informó un diario local.

En esa misiva se leía: “afuera hay balas con tu nombre”, agregó el tabloide.

Los dos locutores se hicieron pasar por la Reina Isabel II y el Príncipe Carlos en una llamada telefónica la semana pasada al hospital King Edward VII para conseguir información sobre el embarazo de la duquesa de Cambridge.

Esa llamada fue atendida por la enfermera Jacintha Saldanha, quien pasó la llamada a una compañera del hospital que contó detalles sobre el estado de Catalina y días después fue hallada muerta en su vivienda en Londres, aparentemente por suicidio.

Fuentes del grupo Southern Cross Austereo, propietaria de 2DayFM, informaron que la cadena adoptó medidas, como la asignación de guardaespaldas a varios de sus ejecutivos y el traslado de una decena de empleados de la empresa a hoteles, tras la muerte de Saldanha.

Por su lado, los dos locutores, que pidieron disculpas esta semana en un programa de televisión, siguen sin salir al aire, a la vez que 2DayFM anunció recientemente un donativo de unos 525.000 dólares para la familia de Saldanha.

Por otro lado, Autoridad Australiana de Comunicaciones y Medios (ACMA, por sus siglas en inglés) anunció ayer que investigará la difusión de la broma telefónica realizada por la emisora 2DayFM centrada en una posible violación de los requisitos de su licencia y las normativas vigentes para las emisoras comerciales.

EFE