Tras una pausa vacacional de cuatro semanas, el legendario circuito de Spa-Francorchamps acoge el duodécimo Gran Premio de un Mundial que lidera destacado Vettel, último campeón, con 234 puntos, 85 más que su compañero australiano Mark Webber, en un pañuelo con el británico Lewis Hamilton (McLaren) y Alonso, que con 146 y 145 puntos, respectivamente, ocupan la tercera y la cuarta plaza.
Vettel, séxtuple vencedor -Australia, Malasia, Turquía, España, Mónaco y Europa (Valencia)- lleva tres carreras sin ganar, aunque solo una vez se quedó fuera del podio este curso, precisamente ante su público, cuando fue cuarto en el Nuerburgring alemán.
Tras haber cargado pilas, entre otros lugares, en la costa croata -donde, según algunos medios, estuvo invitado en el yate de Bernie Ecclestone, mandamás de la F1-, Vettel encontrará la oposición de Alonso, que desde que fue segundo en Valencia no se bajó del ‘cajón’ y que en Silverstone logró su primer triunfo de la temporada.
El doble campeón mundial español -que se dejó ver en Madonna di Campiglio (Italia) y disfrutó varias jornadas de ciclismo junto a amigos en Asturias- no tira la toalla, al saberse inmerso en una trayectoria ascendente en las últimas cuatro carreras, en las que, con un total de 76, ha sido el piloto que más puntos ha sumado.
A pesar de que la crisis de Vettel es ínfima -Alonso sólo le pudo recortar tres puntos en esas cuatro pruebas-, el campeón de Ferrari no será el único que intente, mientras existan posibilidades matemáticas, cuestionar el nombre del campeón mundial de 2011.
McLaren también anuncia guerra. Tanto Hamilton -ganador en China y en Alemania-, como su compatriota Jenson Button -que, después de haberlo hecho en Canadá, volvió a dar una lección de estrategia en situaciones complicadas ganando el último Gran Premio, en Hungría- esperan los errores que impidan capturar un nuevo título al joven y talentoso piloto alemán, que llega crecido al escenario en el que debutó, hace veinte años, el ‘hombre-récord’ de la F1, su compatriota Michael Schumacher (Mercedes).
Hoy hace exactamente veinte años del debut en la categoría reina del séptuple campeón mundial y 91 veces ganador en Fórmula Uno. Schumacher se estrenó, precisamente en Spa-Francorchamps, con un Jordan, justo antes de que el italiano Flavio Briatore -asimismo ‘descubridor’ de Alonso- lo fichase para Benetton, escudería con la que disputaría su segundo Gran Premio y con la que logró sus dos primeros Mundiales. El ‘Kaiser’, de 42 años -que aprovechó el parón vacacional para anunciar que cumplirá su tercer año de contrato con Mercedes- festejó los otros cinco títulos con Ferrari.
Escudería a la que seguirá vinculado, como mínimo, hasta 2016 Alonso, que en Hungría cumplió los 30 y al que, de entre todos los pilotos en activo, sólo supera en palmarés el propio ‘Schumi’.
El otro español en liza, Jaime Alguersuari (Toro Rosso), también intentará mantener su línea ascendente en el circuito belga, uno de los templos de la F1, donde se rodará con neumáticos blandos y medios, según anunció el suministrador único, Pirelli.
Después de haber puntuado en cuatro de las últimas cinco carreras, el piloto catalán se volverá a medir a su compañero suizo Sebastian Buemi -que le aventaja en dos puntos-, en una nueva revalida con miras a un futuro mejor dentro de la organización.
Será a partir de mañana, viernes, cuando se disputen las primeras sesiones de entrenamientos, que se completarán el sábado antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida de la carrera del domingo. Serán 44 vueltas a la pista más larga del mundial, de 7.004 metros, para completar un total de 308 kilómetros.
El mexicano Sergio Pérez (Sauber), que logró un notable séptimo puesto en Inglaterra, después de haber sido noveno en España, luchará por entrar de nuevo en los puntos, en una pista que alberga puntos tan emblemáticos como Eau Rouge y Raidillon, donde se superan los 300 kilómetros por hora, al igual que en Blanchimont. O la curva Pouhon, la más larga, con duración de casi ocho segundos.
El venezolano Pastor Maldonado (Williams) aspira a inaugurar su casillero en Spa, donde durante los ensayos y la calificación se podrá usar el DRS en el 63 por ciento del técnico y exigente trazado de las Árdenas, que alterna curvas rápidas con giros lentos y que, de llover, puede estar mojado en una zona y seco en otra.
El último en ganar en Spa fue Hamilton, vencedor el año pasado, por delante de Webber y del polaco Robert Kubica, que se recupera de las graves heridas -sobre todo en brazo y mano derecha- sufridas al accidentarse el pasado 6 de febrero mientras participaba en el rally «Ronde di Andora».