El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó este martes 21 de marzo que en Venezuela «hay una dictadura que no ofrece garantías legales a ningún ciudadano».
«Un gobierno no puede juzgarse a sí mismo, debe rendir cuantas a su propio pueblo, ese es el el papel de la sociedad civil. En Venezuela todos necesitan justicia, verdad, necesitan que su voz sea escuchada», destacó Almagro durante una conferencia en Washington.
Almagro protagonizó este martes un áspero encuentro al ser interpelado por simpatizantes del gobierno de Venezuela que lo acusaron de «traidor».
Al abrir una conferencia en Washington sobre derechos humanos en Venezuela en el Salón de las Américas de la OEA –bajo las banderas de todos los países miembro– Almagro redobló en sus críticas hacia Caracas, denunciando «una dictadura» que encarcela disidentes a voluntad.
«El gobierno ha mostrado un patrón sistemático de abusos: críticos y opositores políticos son reprimidos, golpeados y encarcelados», dijo el excanciller uruguayo, para añadir que los «presos políticos» superan el centenar, 16 de ellos encarcelados bajo «condiciones inhumanas».
«La voz de la sociedad civil nunca va a ser acallada dentro de la Organización de Estados Americanos mientras yo sea secretario general», dijo Almagro.
Pero una docena de personas, portando pancartas que leían «OEA – US (Estados Unidos, nota de la redacción) fuera de Venezuela», protestaron las posiciones del Secretario General.
Un hombre alto, que no se identificó, reprochó en inglés a Almagro por concentrarse en denunciar al gobierno de Venezuela mientras que de la situación política en Brasil o las desapariciones en México «no dice nada».
«Debería estar avergonzado de decir algo así sin saber lo que la organización ha hecho en esos casos», respondió enojado el excanciller uruguayo, exhortando al hombre a revisar los comunicados de la OEA sobre esos procesos.
«Es increíble que exprese su opinión bajo esas circunstancias de ignorancia», añadió, antes de salir de la sala haciendo la señal de la victoria con dos dedos.
Una parte de la sala lo despidió entre aplausos gritando «Almagro amigo», y con gritos de «traidor» por la docena de manifestantes, en su mayoría peruanos, bolivianos y estadounidenses. Aparentemente no había venezolanos en el grupo.
Almagro tiene «saña» contra Venezuela, dijo Ronald Valdivieso, un boliviano residente en Washington.
La conferencia sirvió a los representantes de cuatro de las principales organizaciones civiles de Venezuela, que participan este miércoles de las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para describir el deterioro en la situación de derechos humanos en Venezuela.
La crisis económica que afecta al país petrolero genera un enorme malestar popular, pero el gobierno del presidente Nicolás Maduro lo atribuye a una guerra conducida por la oposición, maniatada políticamente.
«Se está levantando muy aceleradamente la construcción de un estado policial y militar», dijo Inti Rodríguez, de la ONG Provea, denunciando un proceso de «militarización de la sociedad».