Si estás embarazada, ¡vigila de cerca los alimentos de esta lista!
Pescados azules de gran tamaño. Pescados y mariscos que viven en aguas contaminadas -sobre todo los azules de gran tamaño, como el pez espada o el atún– acumulan metales pesados como el mercurio. La intoxicación por mercurio afecta al cerebro, el sistema nervioso, el sistema inmunitario y los riñones. ¿Problema? Que los omega-3 del pescado azul son indispensables para el desarrollo del cerebro del bebé y grandes aliados frente a la depresión postparto. ¿Solución? Limítate a 1 o 2 raciones de pescado blanco o azul de pequeño tamaño (sardinas, boquerones…) por semana o pregunta a tu médico por suplementos o productos funcionales con omega-3, libres de metales tóxicos.
Pescado crudo o poco hecho. Puede provocar infecciones por norovirus, vibrio, salmonella, listeria y parásitos. Algunas pueden transmitirse al feto. Las consecuencias pueden ser parto prematuro, abortos, bebés nacidos muertos … ¿Consejo? ¡Di adiós al sushi, los boquerones en vinagre o el ceviche y cocina bien pescados y mariscos!
Carnes crudas o poco hechas. Disparan los casos de infecciones bacterianas o parasitarias, que aumentan el riesgo de enfermedades neurológicas en el bebé, entre ellas retraso mental, ceguera, incluso de bebés nacidos muertos. ¿Qué hacer? ¡Evita las carnes crudas o poco hechas y no las tomes nunca durante el embarazo!
Huevos crudos. ¡Ojo con ellos, porque pueden estar contaminados con salmonella! Por lo general, los síntomas de salmonelosis (fiebre, náuseas, vómitos, diarrea) afectan solo a la madre. Sin embargo, hay casos en que provocan contracciones uterinas y partos prematuros. ¿Cómo tomarlos? Cocínalos bien y no tomes salsas o guisos preparados con huevos crudos.
Hígado, foie, paté… Te aportan hierro, vitaminas B12 y A, cobre y proteína. El problema es que el organismo almacena la vitamina A y el exceso provoca toxicidad y puede dar lugar a defectos de desarrollo en el bebé. Lo mismo se aplica a los altos niveles de cobre. ¿Cuánto puedo tomar? Limita estos alimentos a una ración por semana y asegúrate de que están bien conservados y cocinados.
Café, té, refrescos de cola… La cafeína pasa a la placenta y al feto, que carecen de la enzima necesaria para metabolizarla. El exceso de cafeína puede afectar a desarrollo fetal y aumentar el riesgo de dar a luz bebés con bajo peso. ¿Cuánta es suficiente? El límite en el embarazo es de 200 mg al día: la que tienen 2 ó 3 tazas de café.
Verduras y frutas mal lavadas. Aguas de riego y manipulación poco higiénica pueden contaminarlas con bacterias como la salmonella, listeria, E. coli, y parásitos como el toxoplasma. Muchos bebés infectados con toxoplasma no dan síntomas al nacer, pero pueden desarrollar ceguera y discapacidad intelectual después. ¿Qué hacer? Lava bien las verduras y frutas y, si tienes dudas, cocínalas.
Leche, quesos y zumos no pasteurizados. Pueden contener listeria, salmonella, E. Coli y campilobacter. Estas infecciones pueden tener consecuencias muy graves para el feto. ¿El consejo? Compra siempre lácteos y zumos pasteurizados.
Alcohol. Incluso pequeñas cantidades afectan al cerebro del feto y aumentan el riesgo de síndrome de alcoholismo fetal, problemas de desarrollo y discapacidad en el bebé y aborto espontáneo. ¿Cuál es el límite? No hay cantidad segura de alcohol durante el embarazo y, de hecho, se desaconseja totalmente.
Fuente.mujerdehoy