Un portavoz militar, el teniente Oliver De la Cruz, indicó que 24 familias, unas 166 personas, fueron sacados anoche de la aldea de Gimaloto, en la provincia de Sorsogon, 250 kilómetros al sureste de Manila.
«Casi todos son agricultores, yo mismo les ayudé a instalarse en el refugio provisional en una escuela», relató.
Las autoridades pidieron también que no se sobrevuele la zona por el peligro de que se formen ríos de barro por la mezcla de agua y ceniza.
El Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs) afirmó que las dos expulsiones de ceniza de ayer cubrieron de polvo las poblaciones cercanas.
Además, produjeron grandes columnas de humo gris que alcanzaron una altura aproximada de mil metros por encima del cráter.
«Los pilotos deben evitar volar cerca de la cima del volcán porque la ceniza y los fragmentos volcánicos fruto de explosiones repentinas pueden poner en peligro a los aviones», avisó en un comunicado Phivolcs.
El Gobierno ha repartido mascarillas entre la población e instado a quienes viven cerca de ríos o valles que extremen la precaución.
Si la actividad del volcán se intensifica, podría afectar a unas 75.000 personas de las ciudades de Irosin y Juban, según los datos del Ejecutivo.
El Bulusan, uno de los 23 volcanes que se consideran activos en Filipinas, ha entrado en erupción 16 veces desde que se registran estos fenómenos, la última vez en 2006.
Filipinas pertenece al llamado «Anillo de Fuego del Pacífico», un área sacudida por una gran actividad sísmica y volcánica.