La ceremonia se llevó a cabo a las 16H00 (14H00 GMT) en el lugar donde concluyó trágicamente la toma de rehenes, la antigua base militar de Fürstenfeldbruck, 25 km al oeste de Múnich.
El 5 de septiembre de 1972 al alba, ocho miembros de la organización palestina “Septiembre Negro” penetraron en el apartamento ocupado por la delegación israelí en la Ciudad Olímpica, donde mataron a dos atletas israelíes y secuestraron a otros nueve.
El objetivo era obtener la liberación de 232 prisioneros palestinos.
La operación de rescate, organizada por los servicios de seguridad alemanes en la base militar, fracasó y culminó con la muerte de los nueve rehenes, un policía alemán y cinco miembros del comando y la detención de tres palestinos.
En un documental titulado “El Undécimo Día”, que habrá de proyectar en la noche del miércoles el canal ZDF, el cual ya fue presentado por el periódico Berliner Zeitung, algunos supervivientes relatan lo ocurrido. El documental los muestra en Múnich, visitando el estadio olímpico, 40 años después de lo ocurrido.
“Esta visita me permitió llenar un vacío emotivo“, afirma Avraham Melamed, exentrenador de natación de 68 años de edad. “Logramos que resurgieran pedazos de nuestra memoria que habían desaparecido hace 40 años”, dice por su parte Welig Schtorch, de 66 años, extirador deportivo.
Pocos días antes de la conmemoración del cuadragésimo aniversario del drama, Israel desclasificó decenas de documentos que critican severamente el operativo alemán. La República Federal Alemana no hizo el “mínimo esfuerzo para salvar vidas”, estima uno de los jefes de los servicios secretos israelíes (Mosad) en uno de estos documentos.
La lista de acusaciones incluye francotiradores equipados con simples pistolas, vehículos blindados que llegaron tarde y policías sin linternas para seguir los movimientos nocturnos de los comandos.
Algunos de los documentos dejan también en evidencia fallos en el dispositivo de seguridad israelí.
En julio pasado, el semanario Spiegel había reactivado la polémica acusando al Estado alemán de haber “maquillado” el fracaso de la operación.
El semanario recordó que la Villa Olímpica estaba protegida por una simple alambrada, sin otras medidas de seguridad.
El jefe de la policía de Múnich había dicho en aquel entonces que temía que una fuerte presencia policial evocara el clima de los Juegos Olímpicos de Berlín, organizados en 1936 por el régimen nazi de Adolf Hitler.
Por su lado, el presidente del Comité Olímpico alemán había estimado que las medidas de seguridad no debían convertir la Villa Olímpica en un “campo de concentración”.