«Lo que es lamentable es que los medios de comunicación aprovecharan estos rumores sin verificar su información. Me parece indigno de sus colegas. Siempre he respetado la libertad de expresión. Sin embargo, la difusión de información falsa es lamentable y está sujeta a sanciones penales», ha explicado Alberto.
El príncipe añadió: «A veces los rumores nos hicieron sonreír, como cuando los medios de comunicación contaron que la princesa y yo no habíamos dormido en el mismo hotel en Sudáfrica. Fue por razones prácticas, por supuesto … «. La prensa sudafricana descubrió que la pareja dormía en hoteles a 15 kilómetros de distancia y que cuando se despedían tras los actos oficiales ella le ponía la cara para que le diera un frío beso.
– «Mi familia siempre ha sido objeto de rumores, que nacen de los celos. Buscan perjudicar al pueblo de Mónaco».
-¿Quién?, preguntan los periodistas.
– «No voy a responder a esa pregunta».
Antes de acabar la declaración, el príncipe le puso la mano en el muslo a su esposa, callada en todo momento, y, en inglés, le preguntó si desea agregar algo. «No, yo creo que lo has dicho todo», exclamó en inglés, y es que todavía le cuesta responder en francés. Pero ese es el menor de sus problemas.