Por lo menos cinco personas murieron y otras nueve resultaron heridas este martes tran un atentado suicida en la capital afgana, en las proximidades de una sucursal del Banco de Kabul y a unos 300 metros de la embajada estadounidense y el Tribunal Supremo.
El atentado «suicida» se produjo hacia las 10.00 hora local (5.30 GMT), «cerca de un banco» en una zona eminentemente residencial en el centro de Kabul, confirmó el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Najib Danish.
El portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid, explicó que «un atacante suicida detonó los explosivos que portaba cerca de una de las puertas (de una sucursal) del Banco de Kabul», y añadió que según el último recuento de víctimas cinco «compatriotas» murieron, además del atacante, y otros nueve resultaron heridos. «El cuerpo del suicida está completamente destruido», detalló Mujahid, que dijo que no han podido identificar todavía a las víctimas, pero «se cree» que hay civiles y miembros de las fuerzas de seguridad «que iban a retirar sus salarios».
Las víctimas fueron trasladadas en varias ambulancias al hospital Wazir Akbar Khan, señaló por su parte el portavoz del Ministerio de Salud Pública afgano, Ismail Kawsi, que detalló que entre los heridos hay cuatro mujeres. Los talibán han anunciado ser los autores del atentado suicida.
El Banco de Kabul ha sido un objetivo habitual de ataques insurgentes durante los últimos meses, como el del pasado junio, en el que un atentado suicida con coche bomba en la provincia de Helmand (sur), causó 34 muertos y 58 heridos, o el de la oriental Paktia en mayo, que ocasionó siete muertos y 31 heridos.
El atentado de este martes en Kabul se produce después de que el pasado viernes un ataque suicida a una mezquita de la minoría chií en la capital afgana causase 28 muertos y más de 50 heridos, en una acción reivindicada por el grupo terrorista Daesh.
Ese ataque fue el primero de envergadura ocurrido en Afganistán desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su nueva estrategia para el país, que incluye el envío de un número sin determinar de tropas. Según el informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de Estados Unidos divulgado este mes, la guerra en Afganistán está «estancada», con los insurgentes controlando el 40 % del país.