El suceso tuvo lugar en las inmediaciones del templo de Ratangarh, situado en el distrito de Datia, donde una multitud se había congregado con motivo de una festividad en honor a la diosa Durga.
El vicedirector general de Policía DK Arya confirmó el número de víctimas en declaraciones al rotativo The Times of India y precisó que 40 personas fallecieron en la estampida y que otras diez perecieron ahogadas al saltar desde un puente a un río cercano.
“(El número de) víctimas (mortales) podría tener dos dígitos. Estamos esperando a recibir más información“, dijo al mismo medio otro alto mando de ese cuerpo de seguridad.
Los medios locales se han hecho eco por el momento de dos versiones sobre el posible origen de la avalancha.
Una de las hipótesis, recogida por la cadena privada NDTV, apunta a que la estampida ocurrió después de que la Policía cargara con bastones contra varios devotos para intentar controlar el flujo de gente que se dirigía hacia el templo.
La otra versión considera que la causa de la tragedia está en un rumor difundido entre la multitud, según el cual el puente por el que los peregrinos transitaban estaba a punto de derrumbarse.
Las avalanchas son un fenómeno frecuente en las celebraciones religiosas indias, debidas en gran parte a deficiencias en la gestión de las multitudinarias concentraciones o a la precariedad de las infraestructuras que rodean los lugares de culto.
El pasado febrero, al menos 36 peregrinos murieron en una estampida en la estación de trenes de la ciudad norteña de Allahabad, donde se celebraba el festival hindú del Kumbh Mela, considerado la mayor aglomeración religiosa humana del planeta.
La peor tragedia de los últimos años sucedió en enero de 2011 en el Estado meridional de Kerala, donde 102 fieles fallecieron en una zona boscosa y montañosa que conducía a un templo de difícil acceso.