A los sucesos de hoy se suman varios ataques ocurridos anoche en distintos puntos del país, que ocasionaron doce muertos, la mayoría miembros de las fuerzas del orden, y once heridos. De esos atentados el más mortífero fue uno cometido en la población de Shura, a unos 35 kilómetros al sur de Mosul (norte), donde dos policías perecieron y otras siete personas resultaron heridas por la detonación de una bomba escondida en un cadáver abandonado en la calle y que los agentes iban a retirar para llevarlo a la morgue. En la actualidad, Irak vive un deterioro de la seguridad con numerosos atentados, dirigidos sobre todo contra objetivos chiíes y de las fuerzas de seguridad. Asimismo, afronta una crisis política originada por las protestas de suníes en varias provincias, entre ellas Al Anbar y Nínive, donde los manifestantes mantienen un pulso contra el Gobierno del primer ministro, el chií Nuri al Maliki. Para el próximo sábado está prevista la celebración de elecciones a los Consejos Provinciales en todo el país, menos en la región autónoma del Kurdistán iraquí y en Al Anbar y Nínive, donde han sido aplazadas por motivos de seguridad.