Las autoridades rescataron este martes diez cadáveres y decenas de vecinos continúan desaparecidos después de que las 100 viviendas de un aldea fueran arrasadas completamente por un alud en la provincia de Krabi.
El único portaaviones del Ejército rescató a cerca de 800 turistas en las islas de Samui y Koh Tao, en el Golfo de Tailandia, aunque se estima que otros 15.000 continúan atrapados en el sur, donde el tráfico terrestre, marítimo y aéreo se ha visto afectado por el temporal.
“Tenía pensado ir a Samui, pero unos amigos allí me han dicho que resulta imposible llegar o abandonar la isla y que incluso no tienen electricidad la mayor parte del día”, explicó a Efe Laura, una turista española.
El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, se desplazó a la región para supervisar de evacuación por las inundaciones y los desplazamientos de tierra, que han afectado a más de 700.000 personas.
Las fuertes precipitaciones, que comenzaron hace una semana, ocurren en la que debería ser la estación más seca y calurosa del año en Tailandia.
Desde el pasado lunes, todos los vuelos están cancelados en el aeropuerto de Samui, dejando en tierra a miles de pasajeros, principalmente turistas extranjeros.
Las inundaciones han provocado la muerte de diez personas en la provincia de Krabi, siete en Nakhon Si Thammarat, tres en Surat Thai y otra en Patthalung, declaradas zonas de desastre junto con Pattalung, Trang, Chumphon, Ranong, Songkhla, Krabi y Phangnga.
Entre octubre y noviembre del año pasado, más de 200 personas murieron por las inundaciones que afectaron a unas 8,6 millones de personas en 51 de las 77 provincias de Tailandia.