Cada 21 de diciembre se celebra en muchos hogares venezolanos la llegada del Espíritu de la Navidad, celebración que coincide con el solsticio de verano que es la noche más larga del año en el hemisferio Norte y la más corta en el hemisferio Sur.
Josep León, diseñador gráfico de profesión pero con conocimientos amplios en teología, explica a Noticia al Día que el Espíritu de la Navidad era la antigua fiesta pagana llamada Yule, celebrada por los merovingios -una familia de estirpe germánica-, los nórdicos y druidas.
“Esta festividad consistía en la adoración del nacimiento del mesías (según los escritos), manteniendo la imagen del árbol símbolo de la madre naturaleza (…) Yule era festejar el nacimiento de los frutos, amaneceres y el fin de la muerte del año en el viejo calendario solar y juliano“, dice.
La iglesia católica decidió situar en esa misma fecha, el 25 de diciembre, la Natividad de Jesucristo, otorgándole el mismo carácter simbólico de renacer de esperanza y luz en el mundo y corrigiendo así al mismo tiempo el significado de la festividad pagana previa. Actualmente no coincide la fecha de la celebración religiosa con el solsticio debido a los diversos ajustes del calendario.
Ritual y tradiciones
“A pesar de la escasez de algunos productos, todavía vienen a preguntar por las esencias de mandarina el incienso, la mirra y el estoraque”, cuenta Milady Medina, comerciante en el casco central de Maracaibo, quien además explica el ritual más usado por los creyente de esta tradición.
- vela naranja, o con colores navideños si lo desea.
- 1 varilla de incienso de benjuí, mandarina o coco.
- Esencia de mandarina para limpiar el hogar.
- Hojas de papel.
- Lápiz o bolígrafo.
Como dato de interés los precios de las velas rondan entre 120 bolívares y los velones entre 1.300 bolívares y 3.500 dependiendo del tamaño, las esencias y los inciensos entre 2 mil y 5 mil bolívares.
El incienso es para atraer la paz y prosperidad y la esencia de mandarina, suerte, dinero, energía física, alegría y salud. Tras limpiar la casa coloca las velas sobre una mesa y se encienden en sentido de las agujas del reloj.
“Con energía positiva y creyendo en lo que estás haciendo, desea paz, armonía y piensa en tus objetivos particulares visualizando los sueños cumplidos”, explica Milady.
Luego escribe en el papel los deseos por orden de prioridad (se recomienda pedir primero por la paz, en segundo lugar por el país, en tercer lugar por familiares y amigos y en cuarto lugar por ti). Una vez finalizado el ritual conserva el papel hasta el año siguiente y quema en las velas los deseos cumplidos. Abres todas las puertas y ventanas de la casa para darle la bienvenida al Espíritu de la Navidad.
Nuevos estilos se han agregado a esta tradición, según cuenta Carmen López, quien junto a su familia además de limpiar su casa con esencia de mandarina, compran un globo de los deseos -tienen un costo entre Bs. 500 a 1.500 dependiendo del tamaño- escriben sus peticiones y los dejan ir cómo “símbolo de desprendimiento, esperanza, amor, salud y prosperidad”.
Lo más importante de esta fecha es compartir con nuestros seres queridos a la espera de Nochebuena.