Luz Marina Zambrano (46 años), es una de las agricultoras familiares que habitan en la comunidad “Quebrada Blanca”, del municipio Alberto Adriani de la zona panamericana del estado Mérida al oeste de Venezuela.
Es esposa, madre de dos hijos, abuela de tres nietos y considerada por sus vecinos como una lideresa comunitaria. Ella, heredó de sus padres las prácticas ancestrales que han hecho de Mérida una región de vocación agrícola con la que subsisten miles de familias andinas.
“Yo crecí en medio de cultivos. Mis padres sembraron con técnicas agroecológicas. Eso siempre me resultó interesante. Quise enseñar esas formas a otras personas y creo que por eso me hice maestra de escuela”, asegura Luz Marina.
Cuando comenzaron a sentirse los impactos económicos de la pandemia por la Covid-19, ella y su familia pusieron más ahínco a sembrar en el conuco, para poder contar con alimentos frescos para su alimentación.
“A pesar de que tenemos pocos recursos, pudimos producir con métodos alternativos este pequeño espacio de tierra. Aquí tenemos peces, cerdos, aves, aguacate, guayaba y hasta cambures”, explica.
En el mes de febrero del año 2022, FAO llegó a la comunidad de Luz Marina. Fueron seleccionados dentro del proyecto: Incremento de la producción agropecuaria y la soberanía y seguridad alimentaria y nutricional con enfoque de resiliencia en comunidades rurales vulnerables de la República Bolivariana de Venezuela; que cuenta con el respaldo financiero de la Unión Europea (UE).
La familia Zambrano recibió un kit con variedades de semillas de caraota, arvejas, tomate, cilantro y maíz, así como herramientas agrícolas, con las cuales podrán mejorar la disponibilidad y acceso familiar a alimentos sanos y frescos; y fortalecer su principal medio de vida.
“El aporte que recibimos es una manera de motivar a los agricultores a continuar con sus labores, y también a los jóvenes, para que aprendan a amar la tierra y generar ingresos personales”. Ingresos que, en el caso de la familia Zambrano, les permitieron superar las dificultades e impactos derivados de la pandemia.
Sin duda alguna, el esfuerzo productivo de Luz Marina Zambrano y su familia, la convierte en una #HeroínaDeLaAlimentación. Del patio de su casa llegan a la mesa familiar alimentos frescos que diversifican y economizan la dieta. El trabajo de esta familia merideña es un aporte a la necesaria transformación de sistema agroalimentarios del mundo.
En el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar (2019-2028), la FAO reconoce la importancia de los agricultores familiares como agentes transformadores de los sistemas alimentarios. Y en las montañas de los andes venezolanos, cada fruto de la tierra renueva la de un mejor porvenir.
NP
Ernesto J. Navarro
Fotos: José Varela / ©FAOVE