“Capriles es el anticandidato de la despolitización liberal burguesa amparado en la tesis de la no confrontación, que niega los principios más básicos de la política contemporánea, asumiendo que el elector venezolano es ignorante, y sin comprender que su discurso, al final, no convence ni a propios ni ajenos”, argumenta Evans.
A continuación la columna completa de Nicmer Evans:
Según Chantal Mouffe, politóloga belga, de amplia trayectoria y reconocimiento mundial por sus aportes a la democracia radical y autora de “En torno a lo político” (2005):
“la creencia en la posibilidad de un consenso racional universal ha colocado al pensamiento democrático en el camino equivocado. En lugar de intentar diseñar instituciones que, mediante procedimientos supuestamente “imparciales”, reconciliarían todos los intereses y valores en conflicto, la tarea de los teóricos y políticos democráticos debería consistir en promover la creación de una esfera pública vibrante de lucha “agonista”, donde puedan confrontarse diferentes proyectos políticos hegemónicos”.
Ésta es, desde mi punto de vista, la condición sine qua non para un ejercicio efectivo de la democracia. En la actualidad se escucha con frecuencia hablar de “diálogo” y “deliberación”, pero ¿cuál es el significado de tales palabras en el campo político, si no hay una opción real disponible, y si los participantes de la discusión no pueden decidir entre alternativas claramente diferenciadas?
Esta cita la refiero por dos aspectos vinculados al discurso del candidato de la oposición, el gobernador Capriles:
1. La tesis de la “no confrontación” del candidato opositor fue efectiva para las primarias de la MUD, pero la extensión de esta tesis es una evidente torpeza política y demuestra la ignorancia de sus asesores en cuanto a la esencia de lo político, en especial en una sociedad ampliamente politizada y con un extraordinario nivel de conciencia político como en Venezuela.
Es sin duda esta estrategia de campaña, la garantía más rotunda de su fracaso, ya que confunde burdamente la “confrontación” con la ofensa, y piensan que la no utilización de un discurso encendido y apasionada tiene una favorable repercusión en la opinión pública. Sin duda esto pasa, pero en un sector opinático de clase media con muy poca incidencia electoral, por ello la traducción en votos de su estratégica es incluso contraria, perdiendo un porcentaje importante de su votación dura oposicionista, expresada en las primarias en los votos de los otros precandidatos.
2. La aparente indefinición ideológica, que no muestra claramente una confrontación de dos formas hegemónicas, y la falta de argumentación seria sobre la tesis del “progreso” muy propio del partido demócrata de los EUA, empuja a apelar argumentativamente a propuestas tales como la “Ley de Misiones”, queriendo ser más chavistas que Chávez, pero ignorando el hecho de que las “Misiones” ya son Ley desde el 2008 a través de La Ley Orgánica de la Administración Pública, cosa que pone en evidencia al candidato en cuanto a su intención de manipular o muestra una gran ignorancia en cuanto al marco jurídico vigente.
La tesis de la no confrontación, muy unida a los argumentos de los “manos blancas” que pretendían aplicar toda una estratégica de desestabilización a partir de elementos éticos propios de la despolitización, típica de la concepción liberal de la política, lo que busca fundamentalmente es desconectar a la sociedad de la historia, de los referentes del pasado inmediato y asumir posturas de victimización, que está comprobado, no dan resultado en proceso electorales donde el otro, tiene un proyecto político claro y posicionado, un candidato con un carisma y un liderazgo único en su especie, y un pueblo que demanda transparencia en el discurso político.
En síntesis, ¿qué sentido tiene votar por una copia discursiva, cuando la política según Mouffe es poder decidir entre alternativas claramente diferenciadas?
Capriles es el anticandidato de la despolitización liberal burguesa amparado en la tesis de la no confrontación, que niega los principios más básicos de la política contemporánea, asumiendo que el elector venezolano es ignorante, y sin comprender que su discurso, al final, no convence ni a propios ni ajenos, lo que producirá un resultado (como hasta ahora) irreversible, y convertirá a Capriles en el responsable de la desaparición definitiva de una oposición mediocre y en decadencia, que esperamos por la salud de nuestra democracia, permita la génesis de una oposición más racional, que dé un verdadero debate sobre el futuro de nuestro país.
La ignorancia de la “no confrontación” y “La Ley de Misiones”
“Comuna en Construcción”
Por: Nicmer N. Evans
nicmerevans@gmail.com
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@NicmerEvans