Explicó que ingirió parte del líquido sin apreciar nada raro en su sabor hasta que notó “algo” en el interior del envase.
“No me supo a nada extraño, hasta que empecé a notar una cosa pesada dentro de la lata que se movía al agitar el líquido”, apuntó. Fue entonces, prosiguió, cuando, tras vaciar la lata en el fregadero de la cocina, comenzó a revolver el envase hasta que la cola del animal asomó por el orificio.
“La sensación de asco al ver que era una rata no se puede describir con palabras. Ese día, en casa, nadie fue capaz de comer”, comentó el afectado que inmediatamente telefoneó al número de atención al cliente que aparece impreso en el envase.
“La empresa nos dijo que era imposible que un ratón pudiera estar en el interior de la lata por lo que decidimos presentar una demanda ante la Oficina de Consumo”, donde abrieron un expediente para estudiar su caso, dijo.
Abal reclamó que se realicen controles más exhaustivos en el envasado para evitar que igual que le sucedió a él, le pueda pasar a cualquiera. “Incluso a un niño”, observó.
De momento, reconoció que en su casa “no volverán a entrar” latas de ningún tipo de refresco. “A partir de ahora lo beberemos todo en botella y con un vaso, para que se pueda ver lo que hay dentro”, recalcó.