Así lo expresó Miguel Lara, ex director de OPSIS, ahora Centro Nacional de Gestión, quien describió lo que acontecerá si se llega a esa situación. El sistema de la represa de Guri cuenta con la sala de máquinas 1 y 2, cada una con 10 turbinas. “En términos operativos deben pararse 8 turbinas de la sala de máquinas 2 y, de la sala 1, sólo 2 quedarán operativas. La desincorporación es necesaria porque no les ingresará agua suficiente para poner en marcha las turbinas y corren el riesgo de dañarse”, explicó Lara.
Eso se traducirá en la salida del sistema de 5 mil megavatios, de los 15.600 que se generan en el país. Esa cifra se sumaría a los 2.600 megavatios que se ha propuesto ahorrar el Gobierno para cubrir el déficit existente. “Como consecuencia, Edelca tendrá que implantar un racionamiento forzoso en todo el país que significaría cortes de 6 a 10 horas diarias”, dijo. “En términos sencillos: el día del colapso, 40% del país se apagaría”, añadió.
Eso también incidiría en la capacidad de producción de las represas de Caruachi y Macagua. En la actualidad ambas generan un promedio de 4 mil megavatios. Al llegar ese momento, deben bajar su producción a 3 mil megavatios.
Llueva o no, Lara opina que el Gobierno no va a poder cumplir con el anuncio de que el racionamiento finalizará en marzo. “Se extenderá hasta junio”, agregó. Tampoco cree factible que el Estado logre incorporar 4 mil megavatios de termoelectricidad este año.
El día D
Nadie puede predecir cuándo se llegará a la cota de colapso del Guri -240 metros sobre el nivel mar-, porque en el descenso del agua intervienen variables como las lluvias que son difíciles de pronosticar, dijo Lara.
El aceleramiento de la merma de la cota que se ha registrado en las últimas semanas se debe a dos razones: la forma cónica del embalse y porque la represa está utilizando la misma cantidad de agua que antes de que se iniciara la crisis. “Es como alguien que está endeudado, sigue gastando lo que tiene y otro poco lo apuesta a la lotería”, comparó.
En noviembre de 2009 el descenso se situaba entre 6 y 8 centímetros diarios. Esta última semana (del 17 de febrero al 2 de marzo) la cota bajó entre 11 y 16 centímetros diarios. Por esos días hubo un freno en la caída, debido a algunas lluvias que cayeron en la zona.
“La predicción sobre la fecha del supuesto colapso no es tan sencilla de sacar como una regla de tres. Hay variables imprevistas como las pocas lluvias que han caído, que alteran el ritmo de descenso del embalse”, explicó.
Lara señala que el escenario del colapso dependerá de los caudales del río Caroní para el mes de abril, cuando se iniciarán las lluvias en la zona. Para preverlo se deben modelar escenarios a partir de patrones de lluvia originadas en el pasado (entre 2.500 a 3.000 series). “Los resultados sólo podrán hablarnos de probabilidades para un lapso, no de una fecha exacta”, señaló.
Otros expertos, como Guillermo Ovalles, presidente de la Comisión de Energía de Fedecámaras, y Johan Gathmann, especializado en eficiencia energética, se atreven a más y han asegurado que si no llueve de aquí a abril, a partir de ese mes se producirá el colapso. Específicamente el día 6 de abril, indicó Gathmann.
El Nacional