Ya hay 50 personas interesadas en la oferta del que muchos llaman ya “el bufet más caro del mundo” o al menos “la fiesta más cara en la historia del Super Bowl”, detalló hoy en un comunicado el dueño del veterano restaurante de Manhattan, Marc Sherry, cuya familia regenta ese negocio desde hace medio siglo.
“Si te quedas satisfecho con salchichas de cóctel secas, sandwiches duros como suelas de zapato, salsa de chile aguada y alitas de pollo pasadas, mejor guarda los 25.000 dólares para otra cosa, porque tu paladar no está a la altura de nuestro festín”, dice Sherry sobre la fiesta que ofrece montar a uno de sus clientes.
Por 25.000 dólares -”lo mismo que vale un vehículo nuevo, un semestre en la universidad o un viaje a Hawai”, recuerda- el dueño del Old Homestead Steakhouse ofrece que su chef, el hispano Óscar Martínez, así como su equipo de cocina y los camareros, acudan a casa de quien adquiera el menú el domingo del Super Bowl y preparen allí un ágape por todo lo alto.
Según Sherry, su equipo pasará el día allí preparando todos los platos del suculento menú para 25 personas, que incluye caviar, langosta, cangrejo o ternera de Kobe, que se usará para crear desde chile con carne hasta hamburguesas, pasando por perritos calientes, entre otras muchas cosas.
Filetes de ternera con trufas, alitas de pollo sazonadas con caviar o tortillas con salmón fresco son otros de los platos que ofrece crear, aunque lo más llamativo del menú es que la única bebida que se proveerá no será la cerveza tradicional, sino botellas de champán francés valoradas en 350 dólares.
El equipo del restaurante se encargará de servir a los invitados durante el tiempo que dure la competición y hasta durante la entrega de trofeos posterior.
Para la final de la Super Bowl, es muy tradicional en EE.UU. la celebración de numerosas fiestas y reuniones con familiares y amigos, en los que el protagonista es el televisor, ya que la final del campeonato de fútbol americano es siempre el acontecimiento deportivo más visto en televisión.
“Cuando haya terminado el partido, a los comensales no les importará quién ganó o perdió, ya que importará más el baile orgásmico que sentirá tu paladar”, añadió el dueño del restaurante, especializado en la carne, quien asegura que él acudirá el próximo domingo a una fiesta en casa de unos amigos con un menú menos sofisticado.
El próximo domingo se celebrará el Super Bowl en el Cowboys Stadium de Arlington (Texas), donde se enfrentarán los equipos de los Packers de Green Bay y los Steelers de Pittsburgh, de Wisconsin y Pensilvania, respectivamente.
Agencias.