“No es la primera vez que vemos que hay confrontación en este país entre decisiones políticas y decisiones muy influenciadas por los sectores de inteligencia o militares”, dijo Alvarez en un encuentro con periodistas.
Alvarez pidió a Washington “que clarifique su posición, si su posición es dialogar, basado en el respeto mutuo y reconocer las diferencias”.
El embajador criticó un informe que el director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair, entregó al Senado estadounidense hace un mes, que afirma que el presidente Hugo Chávez busca imponer un modelo que socava la democracia en Venezuela y es una amenaza para la seguridad estadounidense.
Alvarez, que ya había calificado ese informe de intento de “criminalizar al gobierno de Venezuela”, afirmó que ese tipo de reportes “tiene un efecto” dentro de Venezuela y alienta a medios opositores y a sectores antagónicos de Chávez “que no han desechado meterse por el camino no democrático”.
“Nos referimos a cualquier situación que contribuya a la desestabilización del país”, dijo el embajador, quien retornó a su puesto a finales de junio de 2009, nueve meses después de que ambos países retiraran a sus diplomáticos en medio de un deterioro de las relaciones bilaterales.
De igual forma, Alvarez criticó el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el miércoles afirmó que en Venezuela se debilita el Estado de derecho y hay “serias restricciones” al goce de los derechos humanos.
Advirtió también que está próximo a emitirse el informe anual del Departamento de Estado sobre la lucha antidrogas, que en los últimos años ha calificado negativamente la labor de Venezuela.
Reconocer la labor de Venezuela en el combate contra el narcotráfico, que a juicio del embajador ha sido “impresionante”, “sería el primer paso para dar una muestra clara de que (Washington) quiere relaciones de mutuo respeto”, agregó.