Este es el editorial completo que no está escrito por Teodoro Petkoff sino por Fernando Rodríguez:
A la hora de escribir estas líneas no conocemos los datos oficiales de las elecciones que han tenido lugar en dos gobernaciones y once alcaldías del país, en las cuales participaba un 10% de los electores nacionales, más de un millón 700 mil votantes. De manera que no hablaremos sino de las pocas seguridades que tenemos.
Portada de Tal CualComo era de esperarse, la abstención fue relativamente alta, pero no sólo por la lluvia, que en la mayoría de los lugares en que se votaba tuvo una actitud bastante cívica, sino porque estos comicios parciales (que son ciertamente importantes, entre otras cosas, porque podrían arrojar luz sobre el cuadro muy cerrado de la justa por la Asamblea del 26S y clarificar las tendencias dominantes) son los más desatendidos que recordemos, indiferencia de tirios y troyanos, causada por la trágica situación natural que atravesamos y quizás por otra lluvia no menos pertinente en la psiquis colectiva, la fatiga electoral y la sensación de un país realmente caótico y sin norte, pero también sin salidas claras y expeditas: fatiga y desasosiego que habrá que vencer.
Pero sí sabemos algo muy importante. La victoria de la unidad democrática en Maracaibo, la segunda ciudad del país y calvario de Chávez, con una diferencia cercana a los veinte puntos. Lo que augura, seguramente, que la oposición tendrá la mayoría global de los votos y por tanto un nuevo motivo para aclarar estos días llenos de lodo y sufrimiento para decenas de miles de nuestros compatriotas.
Otra afirmación de la vocación de libertad, de la capacidad de resistir… y de vencer.
Esta amplia victoria marabina tiene, por otra parte, ribetes que la hacen muy especial, capaz de despertar la peor hidrofobia del Caudillo: Quien ha ganado es la esposa de Manuel Rosales y por ello, símbolo de una de sus más arteras e innobles venganzas políticas, la que perpetró contra éste, al que seguramente creía desaparecido para siempre. Con lo cual no tratamos, por supuesto, de minimizar el triunfo de Eveling Trejo, esa mujer hermosa, valiente y adherida a las realidades y luchas del pueblo zuliano.
Si estos cálculos son correctos Chávez ha entrado en una clara caída que, es de esperar, no hará sino profundizarse en el futuro en que nada parece favorecerlo y que llevará el país a límites de rechazo cada más amplios. Así lo anuncia una política económica en caída libre y de vocación suicida. Una sociedad harta de tanta violencia y odio. Un marcado deterioro del gobierno. Un auditorio que ya no aguanta la inagotable perorata del dueño del circo, por repetitiva, mendaz y sembradora del encono. Comienza para Chacumbele la dura tarea de asumirse minoritario.